Tocar en casa siempre es un placer, pero a la vez una tremenda responsabilidad.
 
Corella, además de ser una de las poblaciones de varios componentes, es el lugar de ensayos, el lugar donde martirizamos a los vecinos para luego poder mostrar el trabajo realizado en esas tardes otoñales, invernales y primaverales. Así pues, la responsabilidad se multiplica.
 
Este fin de semana pudimos disfrutar con los instrumentos al hombro de las fiestas del Villar de Corella. Pasacalles, Vacas, Gigantes, Concierto… Había ganas de fiestas y la gente así nos lo demostró con su pasión y ganas de disfrutar desde el minuto 1 hasta el final. Notar esa alegría y escuchar esos continuos aplausos no hacen mas que reforzarnos en la importancia que las fiestas vuelven a tener en el devenir de una población.
 
Gracias Corella. Ha sido un gusto el poder mostrar el trabajo realizado en la sombra a toda la ciudadanía y visitantes venidos de fuera, que por cierto fueron muchísimos.
 
Seguiremos trabajando en las «sombras corellanas» para seguir ofreciendo lo mejor de nosotros mismos.