Eufóricos, alborozados, jubilosos, en resumidas cuentas abrumados por este lunes 23 de Agosto vivido en Monreal del Campo.
Llegamos a nuestra amada tierra del Jiloca con la intención de primero, acompañar a un pueblo en una tradición muy arraigada, como es la vuelta de cabezudos y segundo, con la idea de dar un concierto en la que agradar a nuestros amigos. El recibimiento, acogida y aceptación encontrados en Monreal no tiene parangón. El aplauso se lo merece una población como Monreal del Campo que con su manera de ofrecer todo su alma y partirse el corazón para darnos todo, consigue que seamos los músicos más privilegiados del mundo.
El día vivido ayer lo recordaremos siempre. La sonrisa de oreja a oreja del viaje de vuelta delata el porque a esta tierra no la podemos olvidar por mucho que pasen los años.
Y sólo desear que la UNESCO, incluya a Monreal del Campo como Patrimonio mundial del buenrollismo. A los visitantes no les defraudará.
GRACIAS MONREAL DEL CAMPO.