Este sábado volvimos a Fitero, o mejor dicho, volvimos a casa. La conexión como siempre especial. Y que mejor que llegar a casa y preparar la actuación como se merece, con almuerzo incluido.
Fue más especial si cabe por la imposibilidad de haber tocado durante estos últimos años por mor de la pandemia, ni siquiera en las festividades que se hacen fuera del calendario musical, como puede ser Santa Cecilia, o cualquier San Queremos.
En un año musical tan atípico, parece que el otoño coge un poco de carrerilla y alimenta la posibilidad de que todo el año que viene volverá a ser igual (sino mejor) a como era antes, y ejemplos como el de Fitero ayer, demuestran que la necesidad tanto del que actúa, como del que presencia estos actos está más que justificada.
Dar las gracias al Ayuntamiento de Fitero por volver a contar con nosotros y a toda la población de Fitero, que como es costumbre en ellos, nos recibió como si fuésemos familia de sangre.